Búscate a alguien especial, alguien que te invite a su corazón, porque a sus sábanas cualquiera.
Alguien que cuando entre a tu corazón se quite el calzado, porque es tierra sagrada. Alguien con quien serle fiel a Dios sea una tarea natural y no un esfuerzo unilateral.
Alguien con quien se pueda construir una relación en la cual el esfuerzo no sea para mantenerlo a flote, sino para hacerlo navegar.
Que tu corazón encaje con el de esa persona sin la necesidad de tallarlo con martillo y cincel.
Pero sobre todo, búscate a alguien que su primer “te amo” le pertenezca a Dios y que imite su eterno y entregado amor.
Te mereces a alguien especial.