Te detesto
y no te soporto...
Pero no porque te odie,
sino porque te quiero
y no te puedo.
Me provocas tanto insomnio
como resaca...
Pero no porque te odie,
sino porque te quiero
y no te puedo.
Cómo me gustaría
borrar tu reír
de las paredes de mis oídos,
de mis párpados tu sonrisa
y el tatuaje que tengo de tu nombre
del borde de mis labios...
Pero no porque te odie,
sino porque te quiero
y no te puedo.